Cuando la gente en general escucha el término “programar”, inmediatamente se le viene a la mente la imagen de un tipo gordo pegado a una computadora haciendo programas con código sumamente complicado que pareciera escritura árabe.

Quizás lo dicho anteriormente pareciera exagerado e incluso cómico, sin embargo es lo que la mayoría de las personas piensan al escuchar algo relacionado con la programación. Pero, ¿realmente es como se cree? En el presente artículo se planean derrumbar algunas de estas ideas erróneas que se suelen presentar, además de dar ciertos consejos para sumergirse en el sublime mundo de la programación.

¿Qué es un programa?

Entrando en materia, es preciso conocer qué es un programa y a qué se debe que su uso sea tan extendido e importante en la era actual. Un programa se define básicamente como un sistema computacional capaz de resolver un problema o atender alguna necesidad predeterminada, y su uso resulta ser muy importante evidentemente porque están enfocados a proporcionar un conjunto de soluciones a dichos problemas. Pues bien, la programación se refiere a esa acción y efecto de crear sistemas informáticos para un propósito en especial (sí, aunque suene a diccionario).

Es importante conocer que implícita a esta temática viene algo sumamente esencial para aprender a programar o a crear sistemas: la abstracción, el cual se define como el proceso que llevamos a cabo para “descomponer” un problema en partes más pequeñas, analizando sus características principales desde un enfoque más aislado. Claramente, esto conlleva dos ventajas muy grandes: en primer lugar, no nos sentiríamos tan abrumados o inseguros acerca del problema puesto que ahora se presenta más sencillo de resolver y, en segundo lugar, nos ayuda a entender mejor el problema de manera que podamos determinar posteriormente una buena implementación en código.

Algoritmos y pseudocódigo

Ya que sabemos lo anterior, es especialmente notable que, para resolver esos problemas o necesidades a través de un programa, se necesitan una serie de pasos u operaciones a seguir. Al conjunto de estas instrucciones se le llama algoritmo y resulta interesante saber que puede haber varios de ellos en un solo sistema.

Pensemos en ello un momento y analicemos qué pasa. Digamos que quieres saber el promedio de dos números, y no solo eso: deseas ya aprender a realizar un programa que te lo calcule. Pues bien, el algoritmo que resolvería dicha cuestión es el siguiente:

SALIDA: “Dame el primer número: ”

ENTRADA: num1

SALIDA: “Dame el segundo número: ”

ENTRADA: num2

SALIDA: “El promedio es: (num1 + num2)/2”

Pues bien, el algoritmo para obtener el promedio de dos números quedó representado en pseudocódigo, que es algo muy parecido al lenguaje que hablamos los humanos pero con ese toque de “expresión artificial” que nos permitirá codificarlo en algún lenguaje de programación posteriormente.
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